La estática es una ruptura de la percepción: un desajuste en las ondas que se destruyen antes de atravesar la pantalla. Vibraciones en blanco y negro. Ruido en escala de grises. Una señal quebrada y reconstruida torpe y erráticamente, que rehusa interpretaciones pero las requiere, que rehuye la mirada y el oído aunque los atrape, que deja de ser para poder seguir siendo.
La estática del videojuego se encuentra en los márgenes y claroscuros de las obras, aquellos aspectos que pueden parecer ambiguos e incluso obtusos si no se les presta la atención suficiente, pero resultan reveladores en su clarividencia cuando se experimentan sin ambages.